jueves, 14 de marzo de 2013

Temática , estilo e influencia de " Poemas Póstumos"



   POEMAS POSTUMOS  (1968)      

Poemas póstumos  es mucho más breve, en cuanto a extensión, que las obras que le preceden. Este libro entronca con la costumbre de las dedicatorias puesta de manifiesto de Moralidades, ya que empieza con una dedicatoria a dos personas amigas, desaparecidas en el momento en que la obra fue reeditada: Isabel Moreno Gil de Mora  -Bel, Belle Bel  -y Gustavo Durán. A pesar de esta primera semejanza con el segundo libro del poeta, nada más lejos de la realidad, ya que en Poemas póstumos Jaime Gil de Biedma abandona cualquier  ironía, de crítica o de reflexión social y se centra en él ,es el único protagonista.

De ese modo la madurez, la trayectoria vital, la nostalgia del pasado, la enfermedad o la proximidad de la muerte son algunos de los temas sobre los cuales se cimenta la obra. No hay lugar para terceras personas:  Poemas póstumos no es más que  los recuerdos y los sueños del poeta. El egocentrismo que ha perseguido toda la obra poética de Jaime Gil de Biedma se condensa  en este libro a través del cual el autor se desnuda una vez más ante el lector.

Poemas póstumos  es  el resultado de la primera gran crisis de madurez del poeta, una crisis que se había ido gestando durante el proceso de creación de Moralidades.

Al entusiasmo de la lucha por el cambio social sigue un sentimiento de decepción y de desesperanza, ya que el tan esperado cambio político nunca acaba de llegar. Este hecho, sumado a la edad que, definitivamente, ha dejado atrás los años de juventud, sumen al poeta en  solo sus problemas personales.

De esa reflexión surgen poemas como  “Contra Jaime Gil de Biedma” o  “Después de la muerte de Jaime Gil de Biedma”  en que el autor pasa revista a su vida y se cuestiona, como será sin él su poesía y, en definitiva, su vida.

Cabe destacar la presencia de la muerte en la mayoría de los poemas, bien a través de referencias directas del autor a su propia muerte o a la de conocidos suyos, bien a través de dedicatorias en memoria de amigos ya desaparecidos. De esa manera, el tono irónico que acompañaba a la mayoría de los poemas de las dos primeras obras se transforma aquí en amargura, dotando a todas y a cada una de las composiciones de un tono triste e incluso angustiado.

A pesar de que  Poemas póstumos, en comparación con Compañeros de viaje y Moralidades, es una obra menor,  tiene un punto en común con las obras anteriores y que se mantiene constante a lo largo de toda la evolución poética de Jaime Gil de Biedma: el egocentrismo. Toda la poesía de Gil de Biedma parte de un yo y se dirige a un  tu o a un vosotros; es decir, todo pasa por el autor, no hay mensaje posible si el poeta no se identifica como único emisor de la realidad social o de la situación personal de la poesía. Gil de Biedma se declara en entrevistas como si el fuese poema.

La contribución de Jaime Gil de Biedma a la denominada poesía social se inicia en 1956 y acaba en 1964, año en que escribe los textos que en 1966 acabarán integrando Moralidades. Durante esa época la guerra, la posguerra, la esperanza en un futuro mejor, la situación de las clases sociales menos favorecidas o la necesidad de compromiso político son el eje alrededor del cual se articulan casi todos los poemas escritos por el autor; la mala conciencia respecto a la clase social a la que pertenece, a pesar de esbozarse levemente en  Compañeros de Viaje  se evidencia mucho más en Moralidades.

A partir de la publicación de ese último libro, en  1966, el autor ya no vuelve a escribir ningún verso de carácter social, y en este sentido resulta muy difícil asegurar el porqué: Quizá porque la situación del país ha cambiado, quizá porque el problema social como tema literario deja paso a otros elementos, quizá porque es el propio Gil de Biedma quien ha cambiado...lo cierto es que el poeta se centra en su propia cotidianidad .

A partir de ese momento Jaime Gil de Biedma deja de escribir expresando dos motivos; por un lado el hecho de haber alcanzado su objetivo de inventar una identidad: "Una, que mi poesía consistió  -sin yo saberlo-en una tentativa de inventarme una identidad; inventada ya, y asumida, no me ocurre más aquello de apostarme entero en cada poema que me ponía a escribir, que era lo que me apasionaba";  y por otra parte la sumisión a la propia persona, dejando a un lado la pasión por el arte: " Otra, que todo fue una equivocación: yo creía que quería ser poeta, pero en el fondo quería ser poema. Y en parte, en mala parte, lo he conseguido; como cualquier poema medianamente bien  hecho, ahora carezco de libertad interior, soy todo necesidad y sumisión interna a ese atormentado tirano, a ese Big Brother insomne, omnisciente y ubicuo  -Yo. Mitad Calibán, mitad Narciso, le temo sobre todo cuando le escucho interrogarme junto a un balcón abierto: ¿Qué hace un muchacho de 1950 como tú en un año indiferente como este? All the rest is silence". ( Según Gil de Biedma, Jaime: las personas del verbo Ed. Seix Barral. Barcelona 1982)

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